martes, 24 de junio de 2014

Por un debate de ideas (desde la izquierda)

Habrá que debatir no sea que solo acabemos decidiendo caras y no ideas. Siempre El Roto.
Hay quien piensa que decir con claridad que se es de izquierda le invalida para ganar unas elecciones, con ese pensamiento es imposible no esconder la verdad y delante de todo el mundo se acaba afirmando que se es algo de izquierda pero menos, o que el problema no está en la dualidad izquierda-derecha, es algo distinto. Vamos, que ser políticamente moderno consiste en ser equilibrista de las ideas. Terrible es verse obligado a observar semejante indefinición, aún más lo es cuando percibes que no es ninguna mentirijilla y que, incluso, es más que posible que quien se quiera alejar de la izquierda ya se haya empezado a alejar hace mucho tiempo y quiera seguir alejándose porque entiende que los nuevos tiempos van por los caminos de las marcas blancas sin etiquetas.
En la batalla por la Secretaría General del PSOE estamos presenciando esa tendencia de forma descarada. Los dos candidatos que cuentan con el mayor poder mediático y con el apoyo de aparatos y aparatillos afirman de manera casi paralela lo mismo: Sánchez se ubica en el 4,5 sobre 10 entre izquierda y derecha que no es otra cosa que la casi equidistancia, Madina lo deja claro "Ni derecha, ni centro, ni izquierda, sino preguntarnos a nosotros mismos qué queremos hacer" (en este caso dejarlo claro es no dejarlo claro) dice eso el vasco como si la gran mayoría de los militantes del PSOE creyeran que poseer el carnet de un partido político fuera lo mismo que ser socio de un club de senderismo. Digo yo que si eres de militancia socialista es porque eres de izquierda: las palabras centro y derecha sobran descaradamente en la frase del "secretariable".
Cuando se analizan las razones del momento que pasa el Partido Socialista se concluye de forma bastante unánime con eso del "nos hemos alejado de la sociedad" o del "hemos defraudado a la ciudadanía". Frases hechas para no decir que el PSOE ha hecho lo que muchos de sus votantes nunca hubieran imaginado; es decir, políticas totalmente alejadas de sus ideales. Traicionada buena parte la base social por las reformas del 2010, por la modificación de la Constitución, por la indefinición o tibieza ante asuntos básicos en la organización del Estado o por seguir la tendencia socialista europea de colaborar como un rehén obediente en las políticas dictadas por los mercados y los gobiernos conservadores, especialmente el alemán; la militancia tampoco está en sus mejores momentos porque defiende a pie de calle la marca PSOE y sus históricas políticas de igualdad social, cuando buena parte de su cúpula o algunas de sus figuras de toda la vida cruzaron hace tiempo al lado oscuro y tomaron decisiones desde allí.
Muchos de esos afiliados buscan caras nuevas, a veces a la desesperada, en ocasiones porque las tendencias y los personalismos siguen pesando en un inmaduro, pero muy necesario, proceso de "un militante un voto". Y cada tendencia busca su caballo ganador. O intenta que no gane el caballo de la otra. Sin embargo, lo verdaderamente importante para el proceso interno no está en el caballo, está en la cuadra, diría más, está en todo el hipódromo. Las ideas deben fluir, pero deben ser ideas para transformar el partido puesto que ahora toca eso: partido. Y el PSOE siempre fue de izquierdas, y debe fabricar sus propias ideas desde esa óptica, y no solo de cara a la sociedad como si fuera el gobierno, debe hacerlo también como la formación desde la cual se propone el gobierno, que debe ser más transparente en su toma de decisiones, menos personalista, más abierta, sin miedo a definirse,... porque no es cierto que no definirse dé votos, al contrario, los quita porque hay otros que se definen muy bien. Una formación con modos del siglo XXI y no con los de los 70 del siglo pasado mezclados con vicios de tantos años de gobierno u oposición mayoritaria.
Leo que los grandes candidatos dicen cosas muy obvias, se oponen a las leyes del aborto y laboral que apadrina el PP, como si eso fuera una novedad en la gente de izquierdas ¿hay algún socialista que pueda estar de acuerdo con la Ley Gallardón? ¿o con la reforma laboral de Rajoy?  Hablan de ilusión que, siendo importante, debe ser la consecuencia de hablar de política, pero con mayúsculas. De ellos hablan sobre el carisma, algunos ya sabéis lo que pienso de ello: de todas las virtudes que puede tener el ser humano la peor, sin duda, es el carisma porque si no hay nada detrás solo tendremos simple humo.
Por esto, me parece necesario que haya una propuesta de izquierda sin miedo, que no debería caer en lo trasnochado (tema que dejo para otra entrada) y que llegue, al menos, a poder ser valorada antes de echar el voto en la urna de cada agrupación. Una opción que genere debate y que cuente con los altavoces mediáticos necesarios para ser conocida por la militancia. Humildemente creo que esa opción ahora la ofrecen otros candidatos distintos a las dos "estrellas" con más opciones para ganar la carrera. He apostado precisamente para que exista ese debate por José Antonio Pérez Tapias y lo hago si obviar otras propuestas que, como la citada, son invisibles para la mayoría de los grandes medios de comunicación ¿es que a esos medios no les interesa que se debata en los partidos? o tal vez quieran hacer realidad la frase del eminente científico Stephen Jay Gould "Cuando las personas no aprenden las herramientas de juicio y se limitan a seguir sus esperanzas, las semillas de la manipulación política se siembran".  

1 comentario:

  1. Leer tus reflexiones siempre anima. Lo dice una militante desanimada.

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