miércoles, 23 de mayo de 2012

Eutanasia subterránea

En las paredes de Barcelona 
Siempre dije que el mayor filósofo que he conocido fue un pastor de un pueblo manchego al que oí hablar un par de veces; el hombre, ya mayor, hablaba de la vida con más profundidad que muchísimos personajes cultivados en la universidad y aledaños. Hace unas horas, estando con un grupo de compañeros, me encontré con otra de esas personas anónimas que en cinco minutos ofrecen tanta claridad con sus palabras que habría que grabarlas para que nunca se perdieran. Se trata de un señor ya octogenario, nacido en Badajoz y residente en Leganés, que como un verdadero espadachín lingüístico dejaría maltrecho a cualquiera porque la verdad histórica y vivida se impone siempre que hay un mínimo de inteligencia. Además nos brindó un concepto acorde con los momentos que vivimos: la eutanasia subterránea (en su voz etanasia soterránea). El señor nos contó su vida, sus sufrimientos y sus temores, nos dijo que ya había notado cómo no le querían recetar las tiras reactivas para poder controlar sus problemas de diabetes, tenía muy claro que esa medida, como otras muchas, era una manera de matarle. Eso es lo que supone ver a los ciudadanos con respecto a la sanidad más que como pacientes como si fueran clientes asegurados, a los que cualquier atisbo de bienestar se les mide con la tecla € de la calculadora. 
Sin embargo, esa acción cruel e indirecta se repite en otros campos y afectan no solo al individuo, se extienden en toda la sociedad. El ejemplo del daño que se está provocando a la educación pública es el que aporta un mayor grado de evidencia, la diferencia es que no se ve con la claridad de quien no recibe un medicamento o directamente tiene que pagarlo (y en bastantes casos no puede hacerlo), porque recortar en ella es aplicar la eutanasia a la propia sociedad, como mínimo ejercer sobre ella un adormecimiento tan potente gracias al cual hacer con ella lo que se desee desde el poder establecido por quien maneja el cotarro económico. Digo económico porque cada vez queda más claro que una gran parte del poder político permanece en actitud sumisa ante quien controla los hilos de los dineros. Esa muerte social lenta, progresiva y programada deja en manos de los poderosos a una masa que acaba firmando su defunción en forma de aceptación de la realidad con el pánico metido en el cuerpo y penando hacia el fin último y definitivo. Es como cuando a un abuelete le presionan algunos familiares para que firme el reparto de sus bienes antes de que desaparezca de la vida mortal. Con el cuerpo ya derrotado, atado de pies y brazos, solo puede hacer lo que le manden y, de forma resignada, acatar lo que de arriba llegue.
Da la sensación de que estamos en un momento en el que se quieren hacer con nosotros, con todos, y que ese momento se esperaba desde hace tiempo, como si se hubieran tenido que esperar porque la historia evitó que antes nos hicieran prisioneros definitivos. Hay quien dice que no pudieron lograrlo con nuestros padres (hablo desde los treinta y tantos años que me soportan) porque su lucha y el escenario por el que les tocó transitar en su pleno apogeo vital fueron adversos al calmante más potente. Ahora somos nosotros los que sentimos junto a nuestra piel la inyección. Me encantaría que tuviéramos tan claro que mientras nos quitan las tiras reactivas de nuestra dignidad no aceptaremos rubricar, bajo cuerda y sin rechistar, el fin de nuestro propio destino.

domingo, 20 de mayo de 2012

Cuando la imaginación es protesta

Un "viajero" ofrece bebida y canapés en el metro "el tarifazo es un lujo"
Los cambios tecnológicos han transformado las formas de participación de la ciudadanía dentro de la sociedad, mucho se ha hablado del papel de las redes sociales en movimientos reivindicativos como la famosa primavera árabe que hace un año era noticia diaria desde Egipto o Túnez. Ese protagonismo no puede quedar al margen de la acción política, tampoco puede obviarse desde aquellos sectores encargados de ser desde los movimientos sociales la "mosca cojonera" de políticas opuestas al sentir ciudadano y que generan escenarios de injusticia. A las convocatorias espontáneas realizadas por twitter o facebook, que ya se quieren penar desde el gobierno, se unen nuevos modos de protesta como las famosas flash mob que mezclan la crítica imaginativa y casi artísticas a los tradicionales modos de manifestarse. Tumbarse en silencio vestidos de color verde en una importante calle comercial del centro de una ciudad para defender la educación pública o subir en el metro con trajes lujosos y comiendo canapés para oponerse a la subida abusiva del transporte público son ejemplos que hemos visto en los últimos tiempos y que sintetizan convocatorias rápidas vía teléfono u ordenador, nada violentas, marcadas por el buen humor y la imaginación, y generalmente seguidas por gente joven. Es, tal vez, esto último lo más interesante: la gente joven participa pero su manera de hacerlo también se adapta a los cambios y no solo tecnológicos, detrás de estas propuestas hay una elaboración compleja que se aleja del mero hecho de protesta, se convierte en un acto colectivo y plagado de creatividad artística a modo de perfomance en el que el valor de grupo supera al de masa, son reivindicaciones activas en las que la acción humana deja a las pancartas en un segundo lugar y la implicación alcanza al vestuario y a los gestos. 
Nada es incompatible, pero obviar este modo de protesta y de crear conciencia sería ridículo. Es mucho más directo que cualquier entrega de panfletos, genera redes humanas que interaccionan con los mismos objetivos y ofrecen la posibilidad de desenfocar el estado de ánimo en situaciones de conflicto sostenido. Ser ciudadano debería suponer implicación, algo que desgraciadamente queda en entredicho en multitud de ocasiones, y también capacidad crítica hasta para hacer la crítica, lo cual es aún más complicado. No sería justo, por tanto, ver estas acciones como simples gracietas porque se construyen desde la implicación y la propia actitud crítica.

viernes, 11 de mayo de 2012

Fiebre de #fatalFriday

Improvisan aunque lo vistan de otra manera. Por Farruqo.
Llega un nuevo viernes y la máquina recortadora de Rajoy y los suyos parece no descansar. No hay límites para el presidente que más se ha contradicho en menos tiempo, y es que llevamos menos de cinco meses desde que llegó al poder y ya ha recortado en educación y en sanidad, ya ha subido impuestos y ha utilizado dinero público para ayudar a los bancos, también ha empezado a sembrar dudas entre las víctimas del terrorismo, además en cuanto al empleo ha ocurrido lo contrario de lo que dijo: no solo sube el empleo tras la reforma laboral, el presidente asume que no se creará empleo en la legislatura, tampoco se ha relajado la presión sobre la prima de riesgo ya que esa pretendida confianza de la que habló en campaña electoral no aparece por ningún sitio. España está al borde de la intervención, escenario que desde Génova solamente se vislumbraba con un gobierno distinto al suyo. Pero no, Rajoy ofrece poca confianza y da la sensación de estar tomando decisiones siguiendo la presión de los mercados.
Desde Moncloa y los ministerios hablan de herencia, por cierto algo que dijeron que no iban a hacer y como no podía ser de otra forma sí que hacen, sin embargo da la sensación que todo se debe a una actuación basada en dos niveles fundamentales: la improvisación para calmar a los especuladores y el plan programado para destruir los servicios públicos e ir abriendo al capital privado bienes y servicios en manos básicamente públicas como si fueran campos de batalla aún no explorados lo suficiente por el negocio.
El equipo de Rajoy dijo haber realizado con el anterior gobierno durante un mes uno de los traspasos de poder más transparentes de la historia de la democracia, dicho de otra forma durante un mes estuvieron analizando documentación, información, cuentas y datos que hacían más fácil el trabajo tras la investidura del nuevo gobierno. Además se dijo que se iban a tomar un buen tiempo para elaborar los presupuestos, eso suponía hacer públicas las cuentas del país para después de las elecciones en Andalucía y Asturias, lo que era una manera de reírse de toda la ciudadanía, en especial de los votantes de esas dos regiones. Hasta ese momento solo habría recortes de menor calado, en relación con lo que luego llegaría; pero lo suficientemente claros para los electores de cara a ver cuál podía ser el camino futuro. Los dos procesos electorales se tradujeron en un importante fracaso de la derecha que pensaba tocar el cielo andaluz y quedó condenada al enésimo fracaso puesto que quienes tenían el poder no apostaron por un gobierno conservador.
Entonces Rajoy se libera de la tensión electoral y saca a la luz los presupuestos más restrictivos de la historia contemporánea de España, buena parte de la ciudadanía cree que hay que contestarlos en la calle, aunque los aplausos que deberían llegar de Europa tampoco llegan y el estado de alarma crece sobremanera. Y ahí comienza la gran mentira de Rajoy. 
El presidente tiene que ordenar recortar 10.000 millones de educación y sanidad públicas (curiosamente una cantidad similar a la que ahora necesita Bankia) y lo hace a muy pocos días de presentar sus presupuesto. Por lo tanto cuando habla de herencia este devenir de los acontecimientos demuestra que es falso ¿se descubrió algo nuevo en esos pocos días que pasaron desde la aprobación del presupuesto y el anuncio de los nuevos recortes? si fuera así no se ha dicho a nadie. Si lo que se descubre es lo de Bankia habrá que mirar a quienes dirigían la entidad financiera con sus correspondientes apoyos políticos muy alejados, por cierto, del anterior gobierno. Vamos que lo de la herencia no cuela tan fácilmente, posiblemente será algo rentable durante unos meses pero da la sensación que ese recurso hace aún más desconfiar del gobierno ¿qué han hecho en estos cinco meses desde que tomaron el poder, uno más desde que ganaron las elecciones? ¿cómo es posible que siendo la mayoría de la desviación del déficit responsabilidad de las comunidades autónomas (mayoritariamente del PP, de forma especial desde el mes de mayo) hable el ejecutivo de herencia del anterior gobierno?
Queda claro que a Rajoy le ha salido muy mal la jugada de la confianza ya que la bolsa roza el momento más bajo de los últimos tiempos y la famosa prima supera los 450 puntos básicos. Por lo tanto aumenta su desesperación lo que le lleva a acelerar las propuestas siendo cada vez más esclavo de los que creía iba a dominar y obligándose a usar cada viernes como un #fatalFriday de los que ni él sabe las posibles consecuencias.

lunes, 7 de mayo de 2012

Francia y Grecia, lecciones desde las urnas

Rosa en mano: celebración de la victoria en París. (Corentin Fohlen/ Le Monde)
El domingo electoral que acabamos de vivir nos deja gratas noticias para la izquierda en Europa, da la sensación de que poco a poco hay gente que se va convenciendo de que son realizables medidas y acciones políticas distintas a las que nos han querido vender como únicas. Es innegable que esa venta de producto único ha estado muy condicionada a que el eje París-Berlín ha estado dominado por una visión derechista de una Europa que ha propuesto la reducción del déficit como única forma de resolver la crisis. Esa estrategia, que en la actualidad nos ahoga en España, solo ha logrado ralentizar tanto la economía del Viejo Continente que no se disipa una salida real de este período negro si no es a base de perder derechos y calidad de vida.
Hollande gana en Francia y leyendo su programa nos encontramos propuestas distintas como una reforma de la fiscalidad que anule exenciones a los ricos y que cree un nuevo impuesto de sociedades que sea mayor cuanto mayor sea la empresa, prohibición a los bancos de actuar en paraísos fiscales, mejora de las condiciones sociales en los barrios más desfavorecidos, reducir la cuota nuclear, renegociar la estrategia europea, fortalecer la educación pública con 60.000 nuevos profesores o proponer las leyes de matrimonios homosexuales y de eutanasia. Son promesas lógicas para un partido de izquierda y de las que había que tomar nota en otros lugares, sobre todo demuestra un programa claro con respuestas distintas, para nada revolucionarias, pero convincentes y lógicas. Es posible que el no haber estado en ningún puesto de alta responsabilidad en los últimos años ha ayudado a que el socialismo francés madure algo diferente, pero no dejemos de lado el modo de solucionar su propia crisis interna a base de primarias y mayor participación de afiliados y simpatizantes. En el debate presidencial de hace unos días el candidato Hollande contaba en su cuartel general con el apoyo directo de dos de sus mayores rivales internas: su exmujer Ségolène Royal y la primera secretaria Martine Aubry, lo que demuestra que las cicatrices que generan los duros procesos orgánicos se pueden curar.
Mientras Hollande ganaba en Francia, en Grecia el parlamento parece haberse convertido en un mosaico que algunos anuncian será incapaz de generar un gobierno. Lo más resaltable de las elecciones helénicas es el fin del bipartidismo, habiendo quedado el legendario PASOK en un tercer lugar y siendo superado por la formación izquierdista Syriza que se ha llevado el voto crítico con las medidas de ajuste que el vencedor partido de derechas y los socialistas apoyaron. Es evidente que a estos últimos les ha perjudicado su paso por el gobierno y su intento de remendar los descosidos del ejecutivo conservador a base de asumir las humillaciones desde Bruselas y  Berlín, y no tener capacidad de hacer frente a esos poderes porque el país es totalmente secundario en el espectro europeo. Ahí es donde aparece el orgullo de las ideas (y lo vieron muchos diputados y militantes del PASOK que abandonaron el partido) del que te debes servir para trazar líneas rojas que jamás debes cruzar. El socialismo en Grecia sobrepasó muchas líneas rojas y, encima, dio la sensación de que lo hacía de la mano de su gran rival político. Ahora nos encontramos con una derecha victoriosa, una ultraderecha con alrededor del 10% y dos partidos de izquierda, uno totalmente derrotado, con el único rumbo del seguidismo y sin programa propio, y otro que recibe ilusión por un gran crecimiento que se forja en la desilusión y enfado del que vota contra la austeridad y la propia Europa, pero que asume la dificultad de llegar a dirigir el país si no es con alianzas.
La izquierda necesita aprender de sus propios errores y sus propios aciertos. Hace falta un proyecto claramente diferenciado, una apertura de los partidos hacia las bases y la propia calle en forma de participación más directa, saber solucionar los conflictos internos sin que se conviertan en heridas permanentes que obligan a derrochar todas las energías y no caer en la trampa de la derecha (la del país o la europea) que esconde en pactos de estado o acuerdos multinacionales políticas irresponsables con la igualdad, los derechos y el propio bienestar.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Mayo para resistir

Manifestación del 1º de Mayo en Madrid
La fiesta del trabajo ha tenido este año en España una visión muy diferente que en anteriores citas. Hacía ya tiempo que las manifestaciones proyectadas por los sindicatos no tenían la afluencia de las de ayer, es lógico puesto que la política de recorte en inversión social y derechos de la ciudadanía ha logrado que el papel reivindicativo del 1 de Mayo supere, con creces, al festivo que con demasiada continuidad protagonizó momentos pretéritos. 
El mayo obrero actual es el de la defensa de un modelo que se pierde por descuido desde la izquierda y por voracidad desde la derecha que, aprovechando la coyuntura económica, hace creer que los cambios son irreversibles. Por eso el acontecimiento puntual de las manifestaciones y los actos de este día tienen ahora un valor relativo con respecto al trabajo necesario que por parte de la izquierda y de quienes creen en los valores del progreso se tiene que realizar. Ahora no se trata solo de reivindicar, se trata de algo de mayor compromiso: resistir. En otro momento podría parecer una visión catastrófica pero no lo es cuando el actual gobierno lleva una racha de actuaciones basadas en decretos, con una mayoría aplastante y un camino despejado en lo que se refiere al calendario electoral. Una medida tras otra y otra puede generar mucho desánimo y ese es el verdadero peligro que tenemos a este lado de la calle.
Este mayo, nuestro mayo, debe ser un paso más para ir conformando una masa social de izquierda que entienda la importancia de intervenir en política como ciudadanos y que no se quede en la protesta como único peldaño de oposición. Intervenir y participar ahora, como dije arriba, es especialmente resistir pero también es aprender de errores no muy lejanos en el tiempo. El enfado con la clase política está totalmente justificado, pero ese estado no puede ser ni una tabla rasa para medir a todo el mundo por igual ni una barrera que impida el querer mejorar las cosas.
Estoy seguro de que muchos de los que optaron por no votar hace no mucho o que prefirieron votos de castigo y que con la rabia de los traicionados optaron por la derecha hoy estarán totalmente arrepentidos, pero también hay que entender que en este lado de la acera las propuestas no eran ten seductoras como se quiere hacer creer por parte de los que no asumen la autocrítica. La izquierda no puede dar tantos bandazos y tiene que proponer cosas claras y realizables, la izquierda no puede hacer pactos que no se entiendan dentro de la lógica básica de cualquier ciudadano medio, la izquierda puede y debe ofrecer escenarios y actuaciones que la diferencien de la derecha puesto que otras formas de gestionar y salir de la crisis son totalmente posibles, la izquierda tiene que ser sensata y valiente, la izquierda no puede parapetarse en el sentido de Estado o en la dichosa responsabilidad porque diciendo eso da la sensación de que ser responsable quiere decir que hay que hacer las cosas que no piensas porque son las mejores. Es evidente que la acción política está llena de contradicciones, pero también lo es que cuando esas contradicciones te dejan permanentemente en evidencia tu acción política se aleja de tu base social.
Ahora toca volver a hacer base social amplia para aguantar el presente y mirar al futuro. Y es que Rajoy caerá como cayeron otros, en la mano de todos los que están más a gusto a este lado está hacer que la resistencia se convierta en impulso.