sábado, 31 de marzo de 2012

Imaginando lo contradictorio

Imaginemos a uno de los 4.000 trabajadores de las empresas del Presidente de la CEIM y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández; imaginemos a su lado al mismo señor Fernández. Comparemos sus sueldos. Muy posiblemente el trabajador "X" será un mileurista y su presidente alguien al que sus ingresos le dan para "pagar a los empleados y hacer algunas cosas que me gustan". Entre las cosas que le gustan al señor Fernández está la de tener un centenar de coches de época (Maseratti, Mercedes, Volvo,...), entre las que le gustarían a su empleado está la de tener un coche, aunque sea de segunda mano, y poder pagar el seguro, la gasolina,...
Imaginemos que el señor Fernández deja claro su ideario económico diciendo que hay que pagar mucho menos por despedir a su trabajador, imaginemos a su trabajador viviendo en la cuerda floja del fin de mes. Imaginemos al señor Fernández pidiendo que se regule el derecho a huelga y que se acabe con los "privilegios" de los sindicatos que intentan que el convenio colectivo de su empresa contemple horas de descanso, un sueldo más decente, permisos,... dignidad para su empleado "X".
Viñeta de Miguel Brieva. "No hay nada más tonto que..."
Imaginemos que el señor Fernández se dice licenciado en empresariales tras tardar ¡doce años! en sacarse la carrera, mientras el hijo de doce años de su empleado no sabe si va a tener colegio público en su barrio. Imaginemos al señor Fernández viendo, ensimismado, las 25.000 botellas de su colección, imaginemos a su empleado contemplando la nevera de su casa vacía de botellas de leche.
Imaginemos a don Arturo buscando una nueva concesión a sus empresas en el Boletín Oficial del Estado (curioso que un hombre que no cree en el estado viva de sus concesiones), imaginemos a su trabajador "X" sin que ningún boletín publique ayudas a la dependencia de su madre o a los estudios de sus hijos. 
Imaginemos que al señor Fernández le obsequian con el concierto de un nuevo colegio privado, imaginemos a su empleado que, como arriba dije, sin colegio público acaba llevando a su hijo al colegio del señor Fernández pagando el uniforme, unas extraescolares obligatorias y con una enseñanza como Dios manda.
Imaginemos que el señor Fernández decide que su empresa no renueva su concesión en el centro de trabajo en el que está su trabajador "X". No tendrá que pagar nada por su despido porque el señor Fernández vive de las concesiones y contratos en los que hay subrogación del personal. Imaginemos al trabajador "X" viviendo a base de vaivenes e inseguridad laboral, la misma inseguridad que hace cada vez más rico al señor Fernández.
Imaginemos que el señor Fernández y el trabajador "X" votan al mismo partido. 

martes, 27 de marzo de 2012

Apuntes tras la carita de Arenas

¡Vaya caritas!

Tras el resultado electoral en Andalucía y Asturias me planteo las siguientes cuestiones:

1) El PP ha recibido la primera señal de desgaste cuando apenas lleva cien días de gobierno. La gran mayoría entiende que la razón son los recortes, posiblemente sea cierto pero también el modo en el que ha actuado para llevarlos a cabo (o seguir poniéndolos en marcha), es decir la chulería y el engaño que desde la derecha han llevado a cabo en los últimos meses: primero diciendo que la crisis era cuestión de cambio de gobierno, luego hablando de confianza... y finalmente rectificando todo cuando ya habían ganado. Y encima jugando a convertir en tonta a toda la ciudadanía guardándose en la manga un terrible tijeretazo para el próximo viernes tras la consulta electoral. El mismo PP ha llamado al miedo.
2) El PSOE frena su sangría, aunque solo si hablamos desde la última consulta general del 20N. Obviamente sabe que tendrá que cambiar mucho su imagen en Andalucía atacando con dureza cualquier caso de corrupción y aclarando lo turbios asuntos que le han llevado a estar contra las cuerdas. 
3) IU deberá forzar el giro a la izquierda socialista; eso sí, a costa de poder perder su espacio y renunciando a hacer pinzas que su electorado no entendería.
4) En Asturias el escaño que aún está en el aire puede cambiar las cosas pero hay muchas cuestiones interesantes: si al final gobernara el PP y el Foro ¿qué responsabilidad tendrían en el adelanto electoral que hemos vivido? ¿se entendería un pacto ahora tras estar en el mismo sitio de antes de las elecciones? Si el PSOE logra gobernar con el apoyo de IU y UPyD ¿Aceptará la coalición de izquierdas un mal pacto de izquierda hecho para contentar a los de Rosa Díez? ¿UPyD acabará apostando por ayudar al PSOE o a la derecha?
5) ¿De qué será ministro Arenas como premio a sus cuatro derrotas?

domingo, 18 de marzo de 2012

200 años de Pepa

La promulgación de la Constitución de 1812, cuadro de Salvador Viniegra
Mañana el constitucionalismo español cumple dos siglos y Cádiz se engalana para conmemorar tamaño acontecimiento y recordar a la "Pepa" como el inicio de un camino duro de reformas y contrarreformas en el que tanto se ha escondido a los verdaderos protagonistas: los ciudadanos y ciudadanas. Ahora pensarán algunos que esto de la Constitución de 1812 es una perfecta excusa para tirar cohetes y escuchar la música de charangas, un discurso del Rey y alguna charlotada más que dé empaque festivo al acontecimiento. Es posible que a muchos de los promotores del cachondeo patrio no les apetezca mucho que se profundice en la historia, y en quién estaba a favor y quién en contra de los avances contra la monarquía absoluta a principios del maltratado siglo XIX.
Sé que puede parecer cansina y hasta excesivamente recurrente mi tendencia a hablar de las dos españas, os aseguro que lo fácil en casos como el que nos ocupa es referirnos a la concordia y al esfuerzo común para empujar en la mejor de las direcciones a nuestro gran país. Pero esto será cosa de los que mañana se pondrán delante de los micrófonos. En 1812 no solo había dos españas, había más (o tal vez ninguna) pero lo que no había era un esfuerzo común por nada. Y una de las tendencias, muy importante por cierto, abominaba de cualquier avance constitucional, de hecho un par de años después el Manifiesto de los Persas ya se encargó de dejarlo claro y colocar en el trono al absolutismo personalizado en el deseado-indeseable Fernando VII.
Es justo destacar que no podemos ver lo que ocurrió entonces con los ojos de ahora. Por eso es ridículo analizar la Constitución de Cádiz con la visión legal de la actualidad, como también lo sería hacerlo con la propia Revolución Francesa, madre de la transformación política de la historia contemporánea. Pero lo que es evidente es que el texto gaditano fue obra de unos privilegiados, hartos del abuso monárquico en su mayoría, muy alejados del conjunto de los españoles. Y fueron ellos los que se guisaron y se comieron la historieta a base de trompicones con nombres absolutistas, moderados, exaltados... llegando a cruzar el siglo con conservadores, progresistas y demócratas, estos últimos los más avanzados y siendo herederos de los comprometidos con una verdadera transformación que, por cierto, acabó culminando en el republicanismo.
Si analizamos el mapa de los partidos políticos del siglo XIX (paso interesante enlace con esquema incluido), nos sale que de aquellos liberales moderados de 1812 hubo muchos que fallaron a la propia Carta Magna, como un Martínez de la Rosa tan moderado el hombre que para evitar rupturas tuvo que hacer encaje de bolillos en el Estatuto Real del 34 e intentar apuntalar la monarquía limitada. Fracasó, pero no por mucho, porque el papel de los liberales de hace siglo y medio no era otro que el de intentar que todo el mundo viera con buenos ojos a la reina Isabel II.
Vamos que los valores constitucionales de los que ahora nos quieren convencer y democráticos de los que muchos alardean no son los que desembocan en el conservador Cánovas, ídolo histórico de nuestra derecha y máximo representante de los pucherazos y el caciquismo, digamos que la constitución gaditana pura y auténtica, posiblemente la más avanzada de su época, fue traicionada por el moderantismo y el conservadurismo durante más de cien años. Y fueron otras corrientes, incluso alejadas de la propia "Pepa", que se incrustan en la historia de los movimientos obreros y sociales de finales del XIX y principios del XX las que acabaron rescatando su verdadero espíritu. 

sábado, 17 de marzo de 2012

Los enchufes de buena estirpe

Saltan en estos últimos días a las páginas de los diarios los nombramientos familiares que desde el nuevo gobierno se están haciendo, desde el marido de Cospedal hasta el hijo de Esperanza Aguirre han sido propuestos para formar parte de organismos públicos como asesores, consejeros o ejecutivos. Incluso dicen que el propio presidente Rajoy se ha molestado con el excesivo ruido mediático que alguno de ellos, especialmente el del esposo de la presidenta de Castilla-La Mancha, ha generado y ha obligado a dar marcha atrás para que tamaño borrón no le salpique de forma constante en los difíciles tiempos que vivimos.
Nadie puede dudar de que por desgracia la tendencia a enchufar cuando se logra una cuota de poder salpica no solo al Partido Popular, y además esa constante se hace más perceptible en los lugares más recónditos: ayuntamientos, diputaciones... generalmente más alejados de las luces que los consejos de administración o las fundaciones con capital público. Pero, claro, resulta que el actual partido del gobierno ha llegado a la Moncloa y a casi todo lugar de poder con unas expresiones tales como austeridad, rigor presupuestario y demás... y parece que todo eso solo se refiere a los demás y no a sus propias familias, por eso nos encontramos con el "maridísimo" y "hermanísimo" cospedalienses, el "hijísimo" aguirreniano, o el "cuñádísimo" cañetero entre otros y ahora la transparencia ya no les afecta y la callada por respuesta se impone en el vocabulario de la portavoz-vicepresidenta-mandamás Santamaría.
Hace no mucho tiempo una de las agraciadas con uno de estos premios gordos decía que los interinos eran unos enchufados, curiosamente es ella (la presidenta de la Comunidad de Madrid) la que se debería encargar de controlar el buen funcionamiento del acceso a la administración, intuyo que el hecho de que su niño ahora asesore en un ministerio y se lleve al bolsillo un buen pastizal de todos, será la consecuencia de un proceso totalmente limpio e imparcial y para nada se habrá tenido en cuenta sus apellidos. No se lo creerá ni harta de vino, como todo el mundo sabrá que la alcaldesa de Madrid no sería alcaldesa si su esposo no fuera quien es ¡Viva el vino!
Sobre esto de los linajes ya escribió el líder Rajoy, casi parafraseando a don Manuel su padre político, y lo hizo hace ya unas cuantas décadas, allá por el año 83 en las páginas de "El Faro de Vigo", con comentarios como que desde hace tiempos remotos era verdad indiscutible que la estirpe determina al hombre, o con la más que premonitoria afirmación "Los hijos de buena estirpe superaban a los demás". No se puede decir que este hombre ya no lo venía anunciando desde hace tiempo y tenía claro que su gente y la familia de su gente son la buena estirpe y los demás debemos pertenecer a eso que en el Antiguo Régimen se llamaba el Tercer Estado, o directamente los gilipollas que tiene que haber en toda sociedad que, obviamente, somos mayoría.
Detrás del enchufismo popular no hay un simple, e injustificable, afán por poner en puestos de responsabilidad a los amiguetes y familiares, detrás hay una creencia de que son mejores y que solamente ellos se lo merecen. 
Y todo ello ocurre con la poco recomendable política de crear puestos de confianza y alejarlos de la transparencia del acceso en igualdad de condiciones, que es la mejor manera de romper los tejemanejes de quien ocupa los puestos gubernamentales. Eso sí, si además del interés por colocar está la creencia de creerse superior algunos llevarían de muy mala gana tener que enfrentarse a la mayoría de gilipollas.

viernes, 16 de marzo de 2012

"La" Aguirre

Una sombra demasiado alargada. Imagen tomada de publico.es
Leía en algunas redes sociales cómo la presidenta de la Comunidad de Madrid entraba en un verdadero colapso histérico mientras la controlaban en la Asamblea Regional. Una vez vi un artículo sobre ella que decía que era la persona con alto cargo que menos respetaba la democracia en su grupo más cercano y que incluso era temida por sus propios consejeros ya que se dedicaba a ponerles trampas en las reuniones y a provocar enfrentamientos entre ellos. Lo pongo en pasado porque el artículo ya tiene un tiempo, pero da la sensación que las cosas siguen de forma parecida y, por lo tanto, si así eran las cosas dudo mucho que hayan cambiado.
La Aguirre es una política que nació con la hipocresía de quien está rodeada de dinero y negocio, y que jamás ha sufrido ninguna de las necesidades de las que habla, por eso su forma de resolverlas no tiene en cuenta a quienes las padecen. Su afán por machacar al enemigo la convierte en una persona realmente peligrosa, de esas que son capaces de matar mientras mueren porque su verdadera intención se encuentra plenamente reconocida en su maldad. Aguirre no hace esfuerzos por esconder ese ramillete de acciones perversas que la hacen ser una gobernanta del puteo constante hacia quienes la soportan. Lo que ocurre es que ha vivido muy bien escaqueándose de las responsabilidades: cuando iba bien es que estaba ella y cuando iba mal es que eran los del gobierno central los que provocaban todos los problemas, y mientras tanto se ha convertido en una verdadera hooligan parlamentaria, recurriendo al chiste fácil, a ridiculizar, a soltar obviedades más cerca de una peluquería con pasillo directo a la taberna que de un despacho oficial.  
Aguirre divide todo lo que hace como política en tres tipos de acciones. El primer tipo es el del fastidio (por no decir algo peor, aunque arriba se me escapó), ella vive en un mundo maniqueo de buenos y malos, de blanco y negro y todo lo que le huele a su contrario, sea persona o colectivo, hay que aniquilarlo, destruirlo generando cacerías basadas en infamias, en mentiras, en el uso torticero de la ley. El segundo tipo es el destructor de lo público para generar beneficios al capital privado (si es posible amigo) y privatiza todo lo que puede y más: el agua, la educación, los hospitales,... da igual, cualquier cosa con tal de llevar a la práctica una política liberal en lo económico que ella misma tergiversa haciendo chanchulleos que el propio Adam Smith tacharía de terrible intervencionismo. El tercer tipo es el de la publicidad, la señora Aguirre hace todo lo que sea posible para dar rienda suelta a la necesidad de reivindicarse constantemente: se gasta un pastón en publicidad, está todo el día en el Canal Metro o directamente se autoconvence de ser una heroína internacional dando una rueda de prensa en calcetines. Todo por la imagen, una imagen realmente insólita pero que encuentra a sus fans entre los que más tienen y los que menos piensan. No hace falta que piense nadie porque ya lo hace ella por los demás.
Muchas veces se acude a las imágenes de determinados políticos latinoamericanos para hablar de populismo, y se les echa en cara ese término como si estuviesen más cerca de una dictadura que de una democracia. Aguirre es populista, todo el mundo lo sabe y da la sensación que ese populismo esconde su sentido autoritario de la vida, donde el ordeno y mando se convierte en el primer mandamiento de sus actos diarios. No se trata de gobernar, se prefiere mandar y si es posible humillando; eso sí, jamás humillándose, ella nunca reconocerá errores (salvo por twitter) porque cree en eso de "no hay que llorar ni por la leche derramada" claro que en su caso lo que se derrame no será otra cosa que mala leche, de la peor.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Sarkozy mira al extremo

Sarkoleón
Nicolas Sarkozy resulta que tiene que escorarse aún más hacia la derecha para lograr votos si es que quiere intentar con éxito su reelección a la presidencia francesa. Lo hace atacando directamente a la inmigración con ese discurso fácil de quien siempre se ha creído rico y ve cómo revolotean sobre su cabeza las aves del peor agüero económico. Aves que traen la mala suerte y nubarrones negros que dejan sin luz al marido de la Bruni, y lo que se le ocurre es soltar un mitin contra la excesiva inmigración, enarbolando proteccionismo quien ha querido ser líder de Europa. 
Sarkozy ya no es lo que era, su populismo fácil mezclado con el exitoso famoseo conyugal sucumbió sin contemplaciones frente a la oruga mecánica de Angela Merkel, además las encuestas le hundían en la miseria de la predecible derrota y para la reacción se suponía como necesario un intento de robo de los posibles votos de la niña Le Pen. Y ahí sale el líder sin escrúpulos, el que pasa de "hagamos Europa" a "compartimentemos Europa" y si no me dejan cerremos Francia. Y como Nicolas se cree la estrella máxima del sarao no tiene ningún miedo en proponer cosas típicas del electorado del Frente Nacional, digamos que la derecha europea ya tiene estrategia a medio plazo allí donde pueda perder las elecciones, vamos que utilizará la táctica Sarkozy de hacerse aún más de derechas y veremos a ver qué hace la izquierda, todo sea que le entre el miedo atroz a fracturar la sociedad y acabe, esa izquierda con posibilidades de gobernar, pegando un paso al erróneamente llamado centro para hacer que el punto de equilibrio aún esté más a la derecha que ahora, que lo está demasiado.
Veremos qué hace porque frente a ella hay unos líderes incapaces de entender alternativas distintas, ni siquiera matices, y por eso se estarán mandando mensajes para que ninguno se vea con Hollande no sea que les contagie algo. ¡Ni que el ex de la Sego fuera una fotocopia gala del Che Guevara! Y entre esos líderes un tal Rajoy que tiene la suerte de que las becerradas de Sarko las dicen dentro de su propio partido y no necesita quitar votos a nadie de más a la diestra que él.
Debe de estar moderadamente contento el inquilino del Elíseo porque resulta que tras su amenaza de sacar a la grande France del acuerdo de Schengen ha pasado a encabezar las encuestas para la primera vuelta de las elecciones francesas, y ha recortado, de 15 a 13 puntos, la desventaja para la segunda vuelta. Veremos si esto es un espejismo o es una tendencia, el caso es que de nuevo la derecha vuelve a jugar ese papel irresponsable como en otros episodios de la historia de Europa  cuando se condujo al viejo continente a etapas terribles y mortíferas. Sarkozy debería de saberlo, como tener claro el peligro que supone jugar con fuego.


martes, 13 de marzo de 2012

La emergencia del chupasangre

"Il Quarto Stato" de Giuseppe Pellizza da Volpedo
Resulta que la Ministra de Empleo (Trabajo de toda la vida) se despacha sobre la convocatoria de huelga general con un "las huelgas generales no crean empleo" y se queda tan ancha la señora. Vamos que si ahora mismo llegara la academia sueca igual hasta la nominaban para el Nobel a la tontería supina. La Báñez podría utilizar otro argumento para oponerse a las protestas de los trabajadores y trabajadoras contra la reforma laboral que ella misma ha amadrinado. Es evidente, señora ministra, que la huelga general no va a generar empleo, pero es que no está para eso. Digamos que el problema lo tiene usted porque su nueva propuesta legal da la sensación que tampoco lo va a hacer y esa sí que debería estar hecha para crear puestos de trabajo. Lo que pasa es que es más cómodo escupir veneno con la boca del ejecutivo mientras se preparan otros para chupar la sangre y, por eso, llegan las declaraciones tan inteligentes dando a entender que como estamos en situación de "emergencia nacional" la única respuesta válida es cerrar el pico y asumir todo lo que nos llegue. Supongo que lo de la "emergencia nacional" no irá con esos que se han beneficiado de la crisis haciendo que aumente la brecha entre ricos y pobres, los mismos que hacen que los artículos exclusivos de lujo sean los que mantienen o incrementan la demanda. Para esos no hay ni "emergencia" ni "nación" porque tienen el concepto de patriotismo metido en la boca pero cuando se trata de arrimar el hombro solo lo identifican con plantarlo para mandar a la cuneta a alguno de sus empleados.
Esto de la crisis que nos agobia, y que está en un plan que se va a convertir en existencial, es la respuesta a los avances sociales de las clases medias y bajas en los últimos años, las últimas décadas europeas diría yo, ahora toca apretar el cuello lentamente, obligando a decir "madrecita que me quede como estoy" o directamente "que me quede aunque sea peor". Dije obligando, pero hay muchos que en realidad se dejan obligar y se convierten en quintacolumnistas del capital más extremo; sí, esos de los que se dice que son pobres y de derechas. 
Pero como necesitan su cabeza de turco buscan para el papel a los sindicatos, y casi los convierten en verdaderos culpables de la quiebra del sistema... y los quintacolumnistas hacen su trabajo. Todo el mundo sabe que dentro de las centrales sindicales hay muchas personas y cada una tiene su estilo y sus defectos que afloran como en toda gran organización, y llega el equívoco de intentar confundir el sindicalismo con algunos sindicalistas, y se quedan tan anchos los que en vez de poner el dedo en la yaga lo extienden en plan acusador y utilizan el poder mediático para desacreditar años y años de lucha sindical. Esto no hace daño a una determinada tendencia, en realidad ataca a la propia sociedad a la que, de nuevo, quieren dejar desnuda, y busca proponer la ley de la oferta y la demanda como única base que regule las relaciones laborales: estoy seguro de que a muchos contratadores les gustaría ir con una furgoneta a Atocha y allí elegir de entre una manada de obreros hambrientos a los que más les interesen, sobre todo si se pelean por un sueldo que acabarán aceptando cada vez más bajo. Les encantaría recordar la misma escena que se vivía en los pueblos del sur cuando el señorito o su capataz iba a la plaza a elegir a los jornaleros.
Y cuando ya sea imposible, y la marcha atrás ni se vislumbre, algunos dirán que habría que haber hecho una huelga general en condiciones, y que la culpa es de los sindicatos, pero seguirán cayendo en eso de la "emergencia nacional" mientras la señora Báñez estará convencida de su gran trabajo para el beneficio de los chupasangre.


domingo, 11 de marzo de 2012

11M: Recuerdo y rabia

Ocho años hace y parece que fue ayer. Los trenes hechos chatarra, el humo, la cara de mi amigo Pablo bañada en sangre, los móviles sonando sin nadie que los pudiera descolgar... ocho años de un día cruel y ocho años soportando la crueldad de quienes no aceptan que la verdad les ponga en una situación de vergüenza. Se ha puesto de moda el revisionismo histórico, especialmente cuando se habla de la Guerra Civil o del franquismo, y la misma estrategia es la que se trata ahora de poner en marcha: el revisionismo del 11M. Y empezarán a sembrar dudas y dudas, a buscar indicios, a intentar que haya gente que se crea que quienes entonces gobernaban no engañaron a nadie. Los medios de comunicación más despojados de escrúpulos seguirán buscando portadas en las que se acuse a cualquiera que no huela a gaviota de destruir pruebas, de organizar una confabulación contra Aznar y los suyos,... y dirán que son gente que habla vasco en la intimidad, que son forofos de la Real Sociedad, que comen de vez en cuando marmitako o que se despiden de sus amigos diciendo agur. Cualquier tontería la acabarán conectando con la supuesta conspiración.
Pilar Manjón hablando hoy junto a la estación de El Pozo
Sería de chiste todo esto, pero no lo puede ser porque detrás está la vida de casi doscientas personas, están las lágrimas de miles de familiares, la rabia de todo un país al que quieren dividir, tal vez lo han conseguido ya. Decía hoy Pilar Manjón en su discurso junto a la estación de El Pozo que tras los atentados del 11S y el 11M los dos pueblos afectados han acabado respondiendo de formas muy diferentes, mientras el americano supo unirse al español lo hicieron fragmentarse en dos, y lo han hecho los que dan la espalda a la justicia cuando la justicia les da la espalda. Han sido muchos jueces y decenas de sentencias las que han dejando bastante claro lo que ocurrió en esos fatídicos días de marzo del 2004, pero a lo que se ha dicho en los tribunales se ha contraatacado con la fiereza de los titulares, haciendo periodismo del barato, rozando el esperpento y la desfachatez, humillando a quienes cada mañana se levantaban con el recuerdo de su ser querido, haciendo daño (pero del de verdad) a quien cada día subía a un tren con miedo en el cuerpo y a quienes los pitidos del abrir y cerrar de las puertas les paraliza el alma durante segundos que son vidas.
Y lo hacen porque les gusta la maldad y el odio, porque no soportan que les digan que los "suyos" fueron terroristas contra la verdad y activistas de la manipulación cuyas bombas eran, y son, portadas que dan asco y declaraciones con el doble sentido del cobarde intentando jugar al engaño. 
Esta noche me queda sobre todo recuerdo y rabia, pienso que esas personas que hacen daño a las víctimas de forma consciente no se la merece ninguna madre ni ningún padre, ningún novio a quien le quitaron de golpe su ilusión. Nadie se merece que, tras escapar vivo de un atentado, le quieran volver a poner un artefacto en su cara con forma de periódico. Les gusta la maldad, seguro, yo no lo dudo. 
No nos lo merecemos.

viernes, 9 de marzo de 2012

Apostar o ¿apostar?

Cuando empezamos a ver las barbas a la crisis todo el mundo hablaba de un cambio en el sistema productivo español, y se acuñaron frases como "cambiemos los ladrillos por ordenadores" que, desgraciadamente, acabaron siendo más deseo que realidad. Ciertamente España es un país cuyo enfoque económico ha sido históricamente discutible o, al menos, muy poco previsor. No hay más que recordar el poco acierto con la política respecto a las colonias americanas y esa obsesión por los metales preciosos como elemento de derroche y no de generar riqueza como acabaron haciendo otros al norte del viejo continente. Siglos después la desamortización volvió a darnos una pista, y en vez de proponer un sistema donde el pequeño y mediano propietario obtuvieran un resorte de cara a la transformación de la propiedad y la producción agrarias acabó convirtiéndose en una autopista para la concentración de las tierras. Cuando se ha trataba de invertir se tendía a conservar, y las grandes fortunas en vez de apostar por la industria decidieron hacerlo por el campo. Vamos que lo de la Duquesa de Alba no es para nada casual.
Tampoco ayudó mucho a cambiar esa concepción nuestro rol en la Unión Europea ya que desde el principio nos catalogaron como "el país de los camareros" y derivamos al sector servicios una gran masa de inversión y de trabajadores. Mientras, se acabó destruyendo buena parte del tejido industrial y empezamos a inflar una burbuja inmobiliaria que contó con la más que inestimable ayuda de la Ley del Suelo del gobierno Aznar. Y todo resultaba muy cómodo: crecimiento importante, pisos y pisos, adosados por doquier, bancos encantados de prestar y media España encantada de haberse conocido e incapaz de sentirse parte de la masa de trabajadores. Todos nos convertimos en clase media de golpe.
Muy ilustrativo. Tomado de www.jrmora.com
Y algunos recordamos como chavales de 16 años abandonaban el instituto sin la ESO con esa frase tan típica de "Profe, yo me voy a poner a currar en la construcción y en un mes ganaré lo que tú en dos". El caso es que algunos tenían razón y, de vez en cuando, iban a visitarte al instituto con un carro tuneado el triple de caro que el que gastaba el mismo director.
Luego llegó lo que todos sabemos: la hostia a dos manos que nos pegó el mercado financiero y los ladrillos se convirtieron en naipes que caían uno tras otro. Y con las casas vacías o a medio acabar, nos pusimos a buscar las industrias que ya no estaban y nos dimos cuenta que no había dónde colocar a tanto albañil en otra cosa, porque no sabían hacer mucho más y porque no había otra cosa.
Ante el problemón con el que nos encontramos apenas hay alternativas, tal vez la más clara y lógica es la más difícil de ver a corto y medio plazo, y esa es la de apostar por la preparación de la ciudadanía, intentando transformar la economía de los globos hinchados artificialmente por otra mucho más estable, sin jugar a la especulación, sabiendo que lo que nos toca es transformarnos de verdad y rompiendo la tendencia de nuestra historia que balancea entre el conservadurismo económico alejado de los emprendedores y las ansias por el dinero fácil. Efectivamente, como decía arriba hay que dejar de lado tanto ladrillo y utilizar más los ordenadores, pero si nos ponemos a leer la frase en sentido literal solo lograremos hacer el ridículo.
Luego está seguir como hasta ahora y ahí estamos enfrascados con una nueva guerra Madrid-Cataluña por poseer la meca del juego europeo, atrayendo dinero fácil, haciendo leyes a medida, generando clubs de prostitución y prefiriendo a un buen crupier antes que a un ingeniero, que si nos sale bueno ya estará Alemania para contratarlo. Vamos que el caso es apostar a algo, si no lo hacemos al futuro al menos que sea a los números de color negro de la ruleta. Claro que si al menos apostáramos a los rojos... 

miércoles, 7 de marzo de 2012

Machismo estructural

Iguales
Minutos faltan para que comience el 8 de marzo y lo hace con la crítica generalizada hacia el ministro de justicia por considerar que hay muchísimas mujeres a las que se las somete a violencia de género "estructural" ya que se las obliga socialmente a abortar. Vamos que resulta ahora que un derecho que ha adquirido la mujer, afirmaría sin equivocarme que toda la sociedad, se ha convertido en una obligación que llega a ser violencia. A Gallardón se le debería caer la cara, la careta de progre ya la ha perdido, de vergüenza porque demuestra un enorme desconocimiento del protocolo de funcionamiento de las clínicas abortivas y una insensibilidad "estructural" hacia la capacidad de decisión de la propia mujer.
Esto me lleva a plantearme que si el ministro que ha ido de ligh es capaz de hacer esas declaraciones qué serán capaz de hacer otros ministros cuando da la sensación que el tradicionalismo nacionalcatólico campa por Moncloa a sus anchas. No hay más que ver cómo empezó la legislatura: Rajoy decía que iba a incluir en su ejecutivo a los mejores, independientemente de que fueran hombres o mujeres, y el resultado fue que el número de ministras es de un 30 por ciento del total, curiosamente la más importante de ellas, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, renunció a su permiso por maternidad dejando a su criatura recién nacida por ocupar su poltrona, entonces nadie de su partido habló de los derechos del pequeño simplemente utilizaron la coyuntura para alabar a la "vice" y poner en tela de juicio la utilidad del derecho, de paso se atisbaba una crítica hacia  las mujeres que sí lo utilizan. Vamos que Soraya es una supergirl y las otras unas vagas. En realidad la número 2 de Rajoy ha tenido mucha suerte, puesto que muchas mujeres han tenido que renunciar total o parcialmente a ser madres para poder tener una exitosa carrera profesional, de hecho si analizáramos el número de hijos e hijas que tenían los componentes del gabinete anterior (con casi paridad) nos daríamos cuanta cómo las ministras tenían muchos menos hijos que los ministros. Si una persona que se dedica a la política o la empresa tiene que renunciar ¿qué pasará con quien tenga precariedad e inestabilidad laboral?
Estamos en plena involución de derechos y dado que las mujeres han avanzado mucho en los últimos años en derechos reales son unos de los colectivos que más tienen que perder con la estrategia trasnochada de quien gobierna. Por eso, creo, que se hace más necesario que nunca la exigencia de la política de cuotas, no se trata de llevar la paridad a todos los rincones de la sociedad, se trata de transformar la sociedad tanto de abajo a arriba (con la escuela, el cambio de las costumbres y tradiciones,...) como de arriba a abajo (con la presencia de mujeres en los sectores de poder). Obviamente a todo el mundo le gustaría eso de escoger a los mejores, pero en estos momentos quien lo dice suele utilizarlo como excusa para seguir dando prioridad a las corbatas. 
Tampoco deberían ser necesarios los días conmemorativos o reivindicativos pero realmente lo son, y más cuando en Europa las mujeres ganan de media un 17% menos que los hombres y las jubiladas cobran un 60% menos que los jubilados. Y reitero la pregunta, si Europa es parte del primer mundo ¿qué pasará con aquellas mujeres que vivan en lugares subdesarrollados?
La mayor de las necesidades es la transformación de la conciencia, y que hombres y mujeres vean los avances en igualdad como un avance para todos y todas.

Funcionarios


Dijeron la palabra y se imaginaban a un señor tras una ventanilla poniendo un cartel blanco de plástico duro y con letras negras que rezaba “Volvemos en unos minutos”, que después recorría el trayecto desde el negociado hasta la cafetería en la que con parsimonia tomaba un café y departía amistosamente durante un buen rato con sus compañeros. Después retornaba a la ventanilla y con mala cara despachaba al personal con un “vuelva usted mañana”. Y así son todos, pensaron.
Y el chismorreo general no hace más que alimentar la leyenda de los cafés y la vagancia, posiblemente porque es más fácil pensar con el hemisferio de la envida que con el del sentimiento de colectividad.
Lo público agrupa a tantos sectores que le hacen fundamental para el desarrollo y bienestar de una sociedad, sin embargo, desde determinados grupos de poder especialmente los escorados a la derecha, pero no solo de la derecha, se ha emprendido una caza hacia el funcionario que es, directamente, intolerable.
Ahora resulta que la razón de la crisis económica internacional se encuentra en los trabajadores públicos y, por tanto, hay que emprender el tan cacareado “adelgazamiento del Estado” mandando al paro a miles de personas que han tenido su puesto en la gran maquinaria estatal, no cubriendo bajas, reduciendo las contrataciones o los salarios. Para un gobierno es lo más fácil porque son trabajadores con una calidad laboral bastante buena, un salario aceptable (aunque en algunos casos muy justo) para toda la vida y un acomodamiento general desde el punto de vista reivindicativo.
San Forges de nuevo
Sin embargo, resulta que todos los análisis económicos que han intentado explicar las razones de la actual situación económica las encuentran en el sector privado, especialmente destaca el atroz protagonismo de la banca o, en el caso de nuestro país, las innumerables empresas que han vivido del sector de la construcción. Quien ha especulado ha promovido el endeudamiento que más que público ha sido privado.
Pero la forma de poner a régimen a toda una nación ha empezado con recortar en profesores, maestros, médicos, enfermeras, trabajadores de los juzgados, de los servicios sociales o de la atención directa al ciudadano. Con esos recortes, palabra que no gusta pero que es la más gráfica, se empeora la salud del ciudadano, y no hablo del tema sanitario, hablo de la salud del propio concepto de ciudadanía que se encuentra desnuda ante los peligros y amenazas de quienes manejan las finanzas privadas internacionales, grandes triunfadores de las crisis.
Nadie duda de la necesidad de eficiencia y eficacia en el sector público, pero la caza al funcionario es, en realidad, un paso necesario para la venta de servicios, otrora intocables, y convertirlos en negocios rentables. El domingo Madrid votaba sobre la privatización del Canal de Isabel II, una empresa pública que genera más de cien millones de euros de beneficio anual y que, sin embargo, la derecha más neoliberal de Europa quiere empezar a privatizar.
El negocio se mezcla con los intentos de pauperización de la mayor parte de la sociedad, justificando salarios bajos y flexibilidad laboral (que en realidad es desregulación y despido libre) por el aumento significativo del desempleo. Dicho de otra forma, el conservadurismo neoliberal hace chantaje emocional al que se queda sin trabajo, y le dice que hay que trabajar más por menos y que los culpables son los que tienen trabajo para siempre porque no son solidarios. Pero en realidad esa persona que se ha quedado en el paro no sabe que el sector público ha ejercido como punta de lanza de los grandes derechos de los trabajadores, porque los funcionarios al no tener grandes presiones desde la cúspide han podido negociar convenios con derechos que, en muchos casos, se han ido extendiendo al resto de empleados. Y eso es lo que se quiere cortar, el funcionario es peligroso porque puede dar ejemplo, ellos y los sindicatos se han convertido para algunos en los culpables de los seis millones de parados que parece que tendremos a final de año.
Y mientras esto pasa, y el profesorado defensor de la pública en Madrid es considerado por la policía (funcionarios también, por cierto) como peligrosos agitadores, estoy seguro que más de uno sonreirá con malicia mientras se toma parsimoniosamente un café, como el más típico funcionario de los sueños capitalistas.

lunes, 5 de marzo de 2012

Añoranza excéntrica y legal

Estoy seguro de que en algún cuartel todavía queda alguna foto del dictador Franco prendida de la pared, es fácil que lo esté tras una puerta del despacho de algún mando que añore su juventud bajo la mirada, siempre presente, del Caudillo. Quitarse esa añoranza como país ha costado, diría que cuesta, porque las mentalidades están alejadas de lo artificial y la Transición (en mayúsculas porque la han hecho sagrada) no fue otra cosa que un colosal acto de ingeniería política muy alejado de la naturalidad de los acontecimientos y de la propia evolución de las mentalidades. La Transición más que buena fue rápida y, por eso, en poco tiempo España pasó de ser una dictadura a ser una democracia cortada bajo patrones europeos. Sin embargo, como dije arriba, no fue natural y ahora pagamos la herencia de la ingeniería política de una derecha que se disfrazó de moderada y una izquierda que se hizo "obligadamente" pactista. Si la foto del dictador que sigue tras la puerta del cuartel se puede considerar como una excentricidad personal de un individuo criado bajo la nómina de esa España "Una, Grande y Libre" hay otro tipo de restos mucho menos individuales y que se pueden considerar como añoranzas excéntricas legales. El más evidente es el del poder de la Iglesia Católica en nuestro país.
¡Qué grande El Roto!
Eso de la aconfesionalidad es una rendija abierta al olor de botafumeiro porque cuando el Estado puede aceptar acuerdos con los representantes de las creencias es simplemente una oportunidad para sentarse con los obispos y negociar, pero ¿qué tiene que negociar un Estado con unos obispos? Nada (o casi nada). Detalles como la cesión o regalo de espacios públicos, la aparición en ellos de sus símbolos, la enseñanza de sus ideas en la escuela de tod@s,  la financiación o la puesta a disposición de la Conferencia Episcopal de una casilla en una documentación pública y oficial, y algunas cosas más son un ejemplo de cómo algo que tendría que estar presente en la espiritualidad humana se convierte en elemento agregado al poder y a la estructura básica de él que es la estatal.
Recuerdo como desde la izquierda se planteaba que ser valientes con este tema, es decir hacer de España un país en el que esa aconfesionalidad constitucional fuera de facto una situación de laicidad, suponía un coste electoral de un millón de votantes, de hecho desde el anterior gobierno se abrieron negociaciones sobre la financiación pensando que los euros iban a callar a la Iglesia de Rouco y cía. en sus batallas de críticas hacia las medidas de apertura social y de libertades que se pusieron en práctica. Supongo que la lección habrá servido para algo porque la Iglesia ha seguido igual de intransigente tras pactar un complaciente acuerdo económico.
No creo que haya mucho margen al pacto con quien se opone a la unión entre homosexuales (y que no engañen con eso de que el tema es la palabra "matrimonio": la semántica no esconde la intransigencia), el uso del preservativo (esa oposición para mi roza el delito contra la salud pública) o con quien impide las voces críticas contra la reciente reforma laboral. Esto y muchas otras cosas más quedan patentes día tras día en los medios de comunicación y empresas diversas que controlan los obispos y personal aledaño.
La búsqueda de la laicidad no puede ser vendida como extremismo porque si fuera así casi toda Europa sería roja y estalinista, y dudo mucho que Sarkozy o Merkel alcen el puño cuando escuchan, si es que alguna vez lo han hecho, la Internacional. No es extremo que las cuestiones religiosas confesionales se enseñen en los templos, no es radicalismo gratuito cobrar el IBI por los inmuebles dependientes de la Iglesia, ni decirles que en el impreso del IRPF no se pueden anunciar. Tampoco lo es afirmar que algunos postulados que defienden están fuera de la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos
La iglesia católica española (me refiero a su jerarquía) es extrema derecha en lo social, en lo económico y en lo político. Seguramente igual que el mando militar que añora la mirada de una foto detrás de una puerta. 

sábado, 3 de marzo de 2012

Bundeskanzler

Le preguntaba a una profesora universitaria de economía sobre qué podría ocurrir en Europa si en las próximas elecciones presidenciales francesas Hollande superara a Sarkozy, la respuesta de mi interlocutora fue rápida y directa: "Nada, el problema es Merkel". Vamos que nuestros genitales están bien agarrados por una Alemania que ha pasado de ser la locomotora del viejo continente a convertirse en directora general en jefe de lo que ocurre por estos lares. Doña Angela es la canciller de hierro, digna sucesora de Bismarck y sus sistemas, con la única diferencia que el padre de la unificación germana era adicto a los secretos internacionales mientras que nuestra protagonista no se corta ni un pelo.
Mucho negro alrededor de Merkel (tomado de publico.es)
La Merkel está generando un grave problema en el presente con su encabezonamiento en la rigidez presupuestaria, pero puede provocar otro más grave en el futuro con el fomento del nacionalismo económico alemán. Es muy fácil decir a tus ciudadanos que están pagando las crisis de los PIGS, mientras tanto se salta algunos de los principios fundamentales de la propia Unión Europea y que fueron pilares básicos de su fundación en el año 57. La solidaridad es uno de ellos y se sustentaba en la necesidad de colaboración para evitar una tercera guerra mundial; es curioso, pero hoy en día está muy extendida la impresión de que la invasión del nuevo Reich es financiera y no militar, pero que la función de control es compartida.
La germanofobia puede empezar a tomar cuerpo si se sigue con esta política de apretar la soga en el cuello del más débil, y más cuando el nacionalismo es de ida y vuelta: aparece en la Alemania rica y en la Grecia que se hunde, no hay más que recordar cómo algunos de los ministros recientemente dimisionarios en el país helénico son de la extrema derecha aficionada, como no podía ser de otra manera, a rentabilizar las crisis económicas y de valores (de los unos y de los otros).
Entonces ¿qué nos queda? ¿esperar un cambio en el país germano hacia propuestas más flexibles y abiertas? ¿la revolución?... difícil responder pero mal vamos si la derrota de la derecha francesa no sirve de nada y si todos dependemos del dedo divino de la Bundeskanzler. Pero ¿está haciendo algo la izquierda europea por evitarlo? pues a mi me da la sensación que o muy poco o directamente no. O no hay seguimiento en propuestas propias o hay plegamiento a unos intereses poco cercanos a ese espíritu de solidaridad del que antes hablábamos como básico en la propia fundamentación de la UE. Ya ni siquiera quiero proponer el marxismo como fe y la lucha de clases como esencia, simplemente la aceptación de valores que hagan más habitable un continente que se ha suicidado y eso que era difícil resurgir tras dos guerras mundiales. 
Si la izquierda quiere ser izquierda debe ser más internacionalista, si la izquierda europea quiere ser europea tiene que salir de sus madrigueras particulares y no atemorizarse ante los discursos fáciles. Si queremos ganar tenemos que apostar, lo contrario es el futuro negro de la crisis o de la bonanza, da igual, porque ambas se basan en la injusticia.

viernes, 2 de marzo de 2012

Activismo

Con amigos mucho mejor
Hace un rato un buen amigo me ha dicho que cada vez que acaba de pegar carteles, hablamos de los de tipo reivindicativo, se siente como si hubiera hecho una buena acción, como si hubiera ayudado a cruzar la calle a un señor mayor. Esa sensación de bienestar es uno de los valores del activismo social, uno se siente bien haciendo cosas por y para los demás sin que haya un beneficio pecuniario, aunque sí lo hay personal en tanto en cuanto uno pone en práctica con sus actos las ideas de su pensamiento. 
Se hace una crítica general a la gente de izquierda, sobre todo si forman parte de organizaciones políticas, que consiste en declararles manipuladores de los movimientos sociales en los que están implicados, se oyen comentarios en plan "esa campaña (o esa manifestación, o esa asociación...) está politizada" como si llevar las ideas políticas a las reivindicaciones sociales o al día a día del ciudadano implicado fuera un delito. Una persona que es de izquierdas debe llevar la militancia ideológica (intencionadamente no puse partidista) por aquel lugar en el que pisa, dicho de otro modo: el compromiso es permanente.
Esa relación política-movimientos sociales es obligada para que las alternativas propuestas por la izquierda tengan un sentido cercano a la ciudadanía, de hecho esos movimientos no son otra cosa que el reflejo de lo que piensan las personas deseosas de participar en la toma de decisiones y en la trasformación de la sociedad en algo más justo y democrático. 
Desde el otro lado este modo de participación se ve con recelo, de hecho no va con su modelo de participación social ¿son necesarias las asociaciones de vecinos, por ejemplo, en un barrio de alto poder adquisitivo? pues igual sí, pero la gran mayoría de estas entidades tienen como motor a la gente cercana a la izquierda. La derecha cuando habla de implicación social lo circunscribe a la idea de voluntariado según la concepción que de él hace alguien tan significado como la alcaldesa de Madrid.
Sin embargo, la izquierda siempre ha hablado de justicia social y como desgraciadamente no existe, y ahora menos, le toca organizarse no solo en las estructuras políticas (que en ocasiones fallan a esos movimientos) también en grupos activos de defensa de derechos concretos o de personas concretas, todo ello dentro de la óptica que representa la búsqueda de la igualdad: la gran diferencia está en asumir la desigualdad o no asumirla; el neoliberalismo económico -y político- la asume y la acepta; la izquierda debe saber que existe y la tiene que combatir. Pero el activismo (tanto el colectivo como el individual) no solo debe dar respuesta a los problemas y las injusticias, también tiene que servir de reactivo de la propia política tanto en personas como en ideas.
Por cierto, el cartel que hoy hizo feliz a mi amigo es el de la consulta social del próximo domingo sobre la privatización del Canal de Isabel II en la Comunidad de Madrid. Actívate y participa.

jueves, 1 de marzo de 2012

Aparato

Los partidos políticos son estructuras fundamentales para la democracia. Habrá quien diga que son también los culpables de que esa democracia esté en tela de juicio por buena parte de la ciudadanía. Y no creo que les falte razón, al contrario, entiendo que estas dos primeras premisas son totalmente compatibles. Incluso añadiría otra: siendo fundamentales para la democracia los partidos políticos son estructuras poco democráticas, a veces nada. Ya he hablado aquí de transparencia, de necesidad de abrir puertas y de elección directa de los más importantes cargos institucionales. Pero hoy me quiero centrar en un elemento básico de todo partido político: el aparato.
...buscando el mejor puesto de salida
Sería imposible entender el funcionamiento, no siempre comprensible, de las organizaciones políticas sin el papel que juega el primer núcleo del entramado de personalidades que dirige un partido bien a nivel local, regional o nacional. Ese grupo encargado de tomar decisiones y de hacer que valgan más que ningunas tiene un valor contradictorio: por un lado marca un camino y hace más sencilla la toma de decisiones, pero por otro es el trampolín para lograr, o mantener, la mejor colocación en las listas electorales. La primera de estas funciones es peligrosa puesto que esas decisiones se convierten en las de una oligarquía si no cuentan con el respaldo y participación del cuerpo de militantes. La segunda directamente es perniciosa, especialmente en lo que respecta a mantener estatus dentro de la organización.
Es muy habitual ver que la lucha por pertenecer a ese "alto mando" se convierte en una verdadera carnicería política, en la que los debates juegan poco, las ideas menos y las negociaciones "bajo cuerda" adquieren el rango de fundamentales. Detrás alguna cara nueva y muchas que se suelen repetir año tras año y congreso tras congreso. De hecho hay quien afirma, y creo que con una razón innegable, que la pérdida de energía en la lucha interna es tan ingente que resta muchísimo de la necesaria para la confrontación política con otros partidos de ideología diferente. Incluso hay quien se especializa en vivir del conflicto interno realizando pactos, provocando crisis y sabiéndose situar siempre en el lugar más oportuno para mantenerse en el candelero.
Todo esto es mucho más peligroso si la persona que se sabe situar tiene un cargo público, y entonces nos encontramos con que su único interés es renovarlo con su aparición en puestos "de salida" en las listas electorales, cuando logran ese premio saben que han logrado su objetivo y, en realidad, lo de la ilusión por ganar unas elecciones queda en un segundo término. Alguno hasta da la sensación de sentirse más cómodo en la oposición puesto que la responsabilidad es menor y las equivocaciones o se notan menos o directamente no se notan.
Desde los partidos de izquierda esto se debe plantear como una cuestión de primer orden y creo que la limitación de mandatos se convierte en un asunto a reflexionar y, digo más, a poner en práctica. A mi no me vale alguna opinión que dice que si existiera esa limitación de mandatos algunos de los más importantes líderes de la izquierda española y europea no hubieran gobernado tanto tiempo. Claro que ninguno aclara la razón por la que acude al pasado para justificar el futuro, y no entiende que ahora más que problema de líderes hay un problema de esclerosis de las estructuras. Igual hay demasiado experto en aparatos que se cree gran estadista.